Discurso de Carlos Larrea, Padrino de Generación en la Ceremonia de Graduación Ecuador 2025


En la Ceremonia de Graduación Ecuador 2025, el Padrino de Generación, Carlos Larrea Crespo, abogado con más de 17 años de trayectoria en los sectores jurídico, empresarial y turístico, compartió un mensaje cargado de inspiración con los egresados y sus familias. Exviceministro de Turismo de Ecuador y socio fundador de Larrea Crespo Abogados, su experiencia en el ámbito corporativo y en la gestión pública lo ha consolidado como un referente en la intersección entre derecho, turismo y emprendimiento, aportando una visión de liderazgo y transformación que marcó profundamente esta celebración

Este encuentro representó un momento único para la comunidad universitaria, celebrando los logros alcanzados por quienes culminaron su etapa universitaria y proyectando la importancia de mantener el esfuerzo y la constancia en el camino profesional.

Palabras del Padrino de Generación en la Graduación Ecuador 2025

Con un discurso cercano y emotivo, Carlos Larrea resaltó que los verdaderos protagonistas de la noche fueron los egresados, quienes con sacrificio y compromiso alcanzaron este gran logro.

“Bueno, yo quiero pedirles primerito que se den un aplauso a ustedes, porque nos han dado mucho aplauso a nosotros. Aquí los protagonistas de esta noche son ustedes, señores y señoras. Solamente podemos felicitarles. Yo les digo la verdad, cada vez que damos la mano a alguien, hay una energía tan linda. Porque, y les decimos así de todo corazón, felicitaciones. Y esas felicitaciones son por su empeño, por su sacrificio, por lo que han logrado.

Yo decía el año pasado, porque estoy repitiendo, lo cual me llena de orgullo, que en la vida hay que celebrar las cosas que pasan, las cosas buenas que pasan, porque si no, la vida no se entera. Y hoy día es una noche de celebración, una noche de fiesta. Hoy día les pido de favor, siéntanlo, sientan que están de fiesta. Porque no siempre estamos de fiesta, ¿se han puesto a pensar? Generalmente estamos ocupados en otras cosas.

Generalmente estamos ocupados estudiando, haciendo otras cosas, ¿no es cierto? Trabajando. Hoy no. Hoy es un día para ustedes, para reconocerle a cada uno de ustedes lo que han logrado. Y creo que lo que han logrado es importantísimo. Porque yo decía también el anterior año, sobre cada cabeza de ustedes reposa un montón de ilusiones, un montón de proyectos, un montón de esperanzas.

Ojo con esta última palabrita. Fíjense que ustedes aquí tienen a sus familias. Muchos de ustedes tendrán hijos, esposas, esposos. Y cada uno de ellos tiene hoy puesta en ustedes una tremenda esperanza. La esperanza de que ustedes lo van a hacer bien. La esperanza de que ustedes lo van a hacer honradamente, honorablemente.

Que van a seguir seguramente el ejemplo de sus padres, de sus abuelos, de sus bisabuelos. Sobre cada uno de ustedes hoy hay una esperanza renovada. Creo que los que tenemos hijos sentimos eso, ¿es cierto? Tenemos esperanza en nuestros hijos. Piensen hoy en sus padres, en sus abuelos, en sus antepasados que de alguna manera están poniendo una esperanza en cada una de sus cabezas. Ahora, ¿qué vamos a hacer con esa esperanza, señores y señoras?

¿Vamos a defraudar o vamos a romperla? Vamos a romperla porque se están preparando para algo grande. Y el prepararse ha significado, seguramente, noches de insomnio, ha significado un montón de cosas, ¿no es cierto? De dejar, dejar alguna fiesta, dejar algunos amigos, dejar cuántas cosas. Pero hoy lo han conseguido, y lo han conseguido bien. ¿Y ahora qué viene? ¿Qué viene de aquí en adelante?

El éxito, decía alguien por ahí, qué bien dicho. Y el éxito se consigue ¿con qué? Con más sacrificio. Aquí no es para parar, ojo, ¿ah? Sí vamos a celebrar, hoy día estamos de fiesta absolutamente, pero no es para parar, es para recargarnos nuevamente de energía y de aquí en adelante llegar a donde queremos llegar. Decían hace un momento en la presentación: ahora empiezan las cosas, ¿no es cierto? Hoy día empieza un nuevo camino. Entonces hoy día es fiesta, de verdad, fiesta de verdad. Y luego…

A seguir con el camino. Y en ese camino se van a enfrentar contra un montón de adversidades. Y ahí está lo lindo: si esto fuera fácil, ¿qué pasaría si fuera fácil? ¿No es cierto? Todo el mundo lo conseguiría. Esto es para los valientes. Y quiero que se lleven esta frase y con esto termino: la fortuna es para los valientes. Acuérdense de esto: la fortuna es para los valientes.

No para los débiles, no para los que se quedan sentaditos en una silla. La fortuna es para los valientes. De ahora en adelante, ustedes tendrán que ser realmente valientes consiguiendo sus objetivos. Y hay una palabrita que a mí me encanta y que siempre la uso, que aquí casi todos somos ecuatorianos, creo, y que a los que nos acompañan de fuera les vamos a enseñar. Esa palabrita se llama ñeque. Sí que lo han escuchado, ¿no es cierto?

¿Qué vamos a poner de ahora en adelante? Entonces, el ñeque necesario para conseguir sus sueños, para conseguir sus objetivos y, siendo valientes, lograr lo que cada uno se proponga. Yo solamente les puedo pedir a Dios que les bendiga a cada uno de ustedes, que les bendiga en su camino, en su profesión, en todo lo que vayan a hacer.

Y recuerden: la fortuna es para los valientes. Vamos con todo. Gracias, gracias y felicitaciones nuevamente.

Con estas palabras, Carlos Larrea dejó en claro que el logro de graduarse es solo el inicio de un futuro lleno de oportunidades, en el que la valentía y la determinación serán claves para construir el camino personal y profesional de cada egresado.


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